Nueva página: El deporte el remedio antienvejecimiento.
En esta nueva página colocare información y artículos relacionados con la práctica del deporte y sus beneficios para la salud y conseguir una vida más longeva y con mayor calidad de vida con un poco de esfuerzo.
LA CIENCIA DE LA
REVITALIZACIÓN:
Expectativa de vida:
— En
1796, la expectativa de vida promedio era de 25 años.
— En
1896 era de 45 años.
— A
principios del siglo XXI es de 80 años.
— Los
científicos antienvejecimiento predicen que llegará a 120 años antes de 2046.
En 1900
la expectativa de vida para un ciudadano centroeuropeo era de 45 años.
Actualmente, ha aumentado más de un 50 por ciento y se ha situado en un
promedio de 77 años (países como España tienen una expectativa de vida media de
83,8 años para mujeres y 77,2 años para hombres, siendo después de Japón el
país con mayor longevidad en la población), según datos del Instituto Nacional
de Estadística de 2004. El segmento de crecimiento más rápido entre la población
europea es el de mayores de 75 años; exactamente lo mismo ocurre en Estados
Unidos. Este «grupo de población» continúa creciendo. El referido incremento de
expectativa de vida experimentado a lo largo de la segunda mitad del siglo XX
se debe fundamentalmente a la mejora de las condiciones sanitarias y a los
avances de la medicina.
Algunos
científicos dicen que el ser humano puede llegar a vivir de aproximadamente 115
años, que podría prolongarse más, aplicando los continuos progresos de la
ingeniería biológica (clonación de órganos y cirugía de reimplante).
El incremento de expectativa de
vida se debe fundamentalmente:
— Mejora de las condiciones sanitarias.
— Avances de la medicina.
— Desarrollo de la medicina preventiva.
A pesar
de todas estas buenas noticias son muchos los miembros de la comunidad
científica que han llamado la atención sobre el hecho de que, a pesar de haber
conseguido extender la expectativa de vida en muchos casos, nos hemos esforzado
muy poco para mejorar la calidad de vida.
El ratio
entre vida activa/vida con discapacidad parcial o funcionalidad física
disminuida no se ha incrementado en absoluto y, de hecho, ha disminuido en el
último cuarto del siglo XX. Dicho de forma sencilla, las personas pueden vivir
más, pero no están viviendo mejor.
En
España se emplean cada año miles de millones de euros en presupuestos
sanitarios que, en su mayoría, se enfocan al tratamiento de personas incluidas
en lo denominado habitualmente como tercera edad, en cuidados crónicos y
medicina quirúrgica. Si pudiéramos solamente ralentizar los procesos
degenerativos del envejecimiento, conseguiríamos también disminuir el peso de
la enfermedad en los periodos avanzados de la vida, evitando un gasto
multimillonario, que podría — al igual que hace la medicina antienvejecimiento—
contribuir a una mejora real de la calidad de vida de la población.
EXPECTATIVA DE VIDA
Incluso
sin haber tenido la preocupación de investigar directamente sobre el proceso de
envejecimiento, tenemos que reconocer que en los últimos doscientos años el ser
humano ha realizado numerosos avances en las áreas de sanidad, nutrición,
detección temprana y tratamiento de enfermedades infecciosas, etcétera, con el
correspondiente beneficio del incremento de la expectativa de vida alrededor de
cuarenta años
La
realidad es que la definición de vejez está cambiando de forma permanente.
Contrariamente al concepto habitual, el propósito de la medicina
antienvejecimiento no es tanto extender la vida con objeto de vivir un periodo
más largo de tiempo como una persona vieja, sino ralentizar y demorar los
efectos del proceso de envejecimiento, lo que da al individuo la oportunidad de
disfrutar un mayor número de años en la denominada edad mediana de salud
La
pregunta es: ¿quién no querría estar tan sano y vital a los 75 como está a los
45? El envejecimiento es una condición médica perfectamente tratable.
Hemos
entrado en una era en la que las «personas mayores» constituyen una gran
proporción de Europa y América del Norte.
En
Estados Unidos, cuando se realizó el primer censo (1790), la mitad de la
población tenía menos de 16 años. En 1990 menos de un cuarto de la población
estaba por debajo de los 16 años, es decir, el promedio de edad se había
doblado en doscientos años. El censo oficial de Estados
Unidos
predice que para el año 2025 habrá dos personas de 65 años por cada
adolescente. En la etapa histórica inmediatamente posterior a la Segunda Guerra
Mundial llegar a los 65 años solía ser un éxito. Los gobiernos, a través de la
Seguridad Social, tenían establecido un sistema realmente cómodo y con amplio
superávit económico de pensiones, ya que tan sólo 1,5 de cada
10
personas solían llegar a percibir su primera paga de retiro. Esto es muy
diferente en la actualidad, pues más del 75 por ciento de la población activa
va a pasar de la edad de 65 años sin ningún problema.
Muchos
analistas políticos han lanzado cuestiones preocupantes respecto a la
demografía y al progresivo envejecimiento de la población en Europa y en
Estados Unidos e indican que, tradicionalmente, los mayores de 65 años
requieren niveles de servicios sociales mucho mayores que otros ciudadanos más
jóvenes.
Es
particularmente preocupante el sector de población que se adentra en los 80
años, porque puede necesitar asistencia para moverse, comprar, hacer el
mantenimiento de la casa y otras tareas básicas vitales y porque también
requiere un mayor nivel de cuidado de salud, ya que el proceso de
envejecimiento en general trae una disminución del sistema inmunitario y una
mayor vulnerabilidad ante gran variedad de enfermedades.
Una
cuestión cada vez más vigente en los foros políticos, informativos y sociales
es: ¿quién va a pagar ese incremento de servicios que generará el aumento de
población de edad avanzada?
Hasta
ahora la porción de trabajadores más jóvenes en la población había soportado la
carga económica que representan las pensiones de los más mayores a través del
cuidado directo de la familia o bien indirectamente a través de los servicios
de sanidad y pensiones públicas; por ello los servicios públicos (sanidad,
pensiones), pagados entre todos, conllevan una menor asunción de gastos
directos respecto a familiares ancianos. Sin embargo, muchos analistas están
preocupados por el hecho de que el aumento de proporción en número de ancianos
pueda producir una sociedad que resulte menos capacitada para proveer servicios
y pensiones a los mayores (estamos asistiendo a un recorte de servicios
sociales en países tradicionalmente tan prósperos como Alemania, España….). Por
otro lado, el éxito de las terapias de medicina antienvejecimiento, que tienen
como consecuencia una mayor expectativa de vida va a producir en un periodo
breve un profundo impacto respecto a los aspectos económicos de los cuidados de
salud en numerosas formas. Podemos poner un ejemplo: cuando la medicina antienvejecimiento
es capaz de demorar la admisión en centros de tercera edad en Estados Unidos en
un promedio de un mes por individuo, su sistema sanitario puede llegar a
ahorrar unos tres billones de dólares en un año. Un estudio realizado por el
Instituto Nacional del Envejecimiento de
Estados
Unidos informó recientemente de que, si los avances médicos consiguieran
retrasar en un promedio de cinco años los efectos del Alzheimer por individuo,
se produciría un ahorro de cuarenta billones de dólares por año.
El
porcentaje de españoles sobre la edad de 65 años se ha triplicado desde el año
1900; exactamente igual ocurre en Estados Unidos: vemos cómo en 1900 había un 4
por ciento de la población sobre la edad de 67 años, y en la actualidad ese
porcentaje es superior al 12,5 por ciento. Si se compara segmentos de
población, observamos que el grupo comprendido entre los 65 y los 74 años ha
crecido un 800 por ciento desde 1900 hasta 1991, el de 75 a 84 años ha
aumentado un 1.300 por ciento en ese mismo periodo de tiempo y el de mayores de
85 años en un 2.500 por ciento más numeroso!
Si
miramos a nuestro alrededor, es frecuente ver gente que se mantiene sana y
vital a los 80 o 90 años; hasta hace muy poco era prácticamente milagroso para
una persona llegar al centésimo cumpleaños. Pero en los próximos treinta años
podemos esperar que la expectativa de vida supere los 120 años en personas con
una condición física y mental intacta.
En
Europa hay en la actualidad 140.000 centenarios, y con unas estimaciones
conservadoras se calcula que para 2050 éstos sobrepasarán el millón.
Mi opinión sobre
la ciencia de la revitalización (de la
cual iré colocando mas información), como entrenador personal y antigua
persona sedentaria es que debemos de tener muy en cuenta que no nos sirve
de nada vivir más sino tenemos salud para disfrutar de la vida, y lo que el
deporte o simplemente una pequeña activada física que se realice a menudo
acompañada de una alimentación sana puede
ayudarnos a disfrutar más de la vida, porque el deporte no solo nos ayuda a
estar en forma y a tener un mejor
aspecto físico, sino
lo más importante y lo que más me llena desde que adopte un estilo de vida
activo es que nos ayuda a tener mejor
salud ,a estar más motivados , alegres , activos en nuestra vida diaria, a
tener más confianza en nosotros mismo y que no hay nada que no se pueda
conseguir con un poco de sacrificio y esfuerzo en esta vida y además aprecias mas a las personas que tienes cerca de ti y que siempre
te están dando su apoyo para que no te rindas y siguas adelante.